En aquellos huesos rotos que fui
Obsérvese la continuidad del siglo,
La ceniza del acontecer,
Inamovible, como ráfagas dormidas.
Más allá de donde estoy,
Aquí de pie, frente a mi fantasma,
Juego ahorcado a que el delirio
Posee las plumas
Esenciales para brotar de los escombros.
A esta altura con olor a suavidad,
Con los panes tiernos del ayer
Sin rendirse un miligramo siquiera.
Tullidos de uniformidad
De perversión
Sin sangrado,
Haciendo homúnculo de placeres
Para que cada quien naufrague a sus anchas.
Hacia los pasos que no existieron,
Hacia los atardeceres sin partículas.
A cada rincón de esta casa de
negrura,
Esta esfera cambiante que sobreestima
La medida exacta de su propia extinción,
Como el fuego
Si lograse perdurar en la memoria.
Geranio Palomar Careno