jueves, 17 de marzo de 2016

Reseña de "Putas Asesinas"


Roberto Bolaño se ha consagrado como uno de los escritores más exitosos de los últimos años. Gran narrador de crónicas, cuentos, artículos periodísticos y novelas memorables, ha bifurcado a través de nuevos adeptos estilísticos la siempre joven literatura latinoamericana. Putas Asesinas es un breve cuentario escrito por ahí del año 2001. Obra novedosa, si se toman en cuenta las valiosas figuras poéticas que en él convergen. Por encima de lo que algunos infrarrealistas digan de Bolaño, este autor denota un estilo narrativo muy particular, lleno de recursos poéticos sin ser poeta. Porque a veces la poesía y el cuento buscan provocar un mismo efecto en el lector: arrebatándolo por un breve momento de la realidad, es que Putas asesinas parece lindar entre ambos géneros. Antes que todo, el libro pondera una filosofía del peligro que a su vez nos congenia con ese mundo lacrimógeno, pandillero, repleto de mujeres fantasmas, putas delincuentes.




      (A continuación haré cinco breves reseñas de algunos cuentos recopilados en esta antología)
      El relato que inaugurara este cuentario lleva por nombre “El Ojo Silva”. Un fotógrafo aventurero relata varios pasajes de su vida, entre los que sobresale un viaje que hizo a La India. Sin embrago, este cuento también llega a ambientarse en un café berlinés y las calles de la Ciudad de México, muy a la usanza de los Detectives Salvajes. El viaje se vuelve un tema recurrente, a lo largo de la narración, ésta a su vez esconde una escalofriante realidad, proveniente de la lejana India, donde se castra a los niños para convertirlos en dioses. Los de delirios de un pedófilo, para con el deseo más cercano y prohibido, amor, terrible caridad, de un hombre hacia un niño dios.
    Los cuentos de esta antología a veces resultan atroces, con dejos fantasmales, que aparecen historia tras historia como recurrencias de una existencia real y visceral. Así sucede en los “Últimos atardeceres de la tierra”, cuento cuya anécdota gira en torno a un duelo que sostiene un padre con su hijo: dos chilenos, dos contrincantes, de vacaciones en Acapulco (1975). Roberto Bolaño denota aquí su maestría en la crónica, reformulando un cuento a través de anotaciones de viaje, casi poesía en prosa. Este cuento ambientado en un picadero de mala muerte, desfasa la realidad mimética que hay entre padre e hijo, para ambos encontrarse siendo víctimas del mismo destino.
      “Putas asesinas”, el cuento que da nombre a esta antología, trata de una prostituta loca, que sufre cierto trastorno mental muy parecido al de la esquizofrenia, esto la orilla a cometer un acto barbárico contra un joven que ve bailando en televisión. Este tipo de paranoia se llama: erotomanía y Bolaño la utiliza aquí como detonante de su historia. La mujer termina secuestrando al bailarín, para después hacerle el amor, sodomizarlo, y finalmente matarlo; no sin antes pasar por una larga apología de su crimen, frente a los ojos de la víctima.
      En el cuento “Fotos”, Bolaño retoma al personaje Arturo Belano, uno de los protagonistas de la novela Los detectives salvajes, el cual, como se sabe, es poeta. Dado que los personajes de Bolaño siempre están al filo de la aventura romántica, nos encontramos con un Belano perdido en un pueblo desierto, muy al estilo de Rimbaud en sus últimos días de vida: en África el poeta arde. Belano acepta su extinción en aquel pueblo abandonado, en medio de la nada, como una retribución de lo vivido.
        Otros claros ejemplos del compromiso que Bolaño siempre tuvo frente a la poesía, sin dejar de lado sus geniales atisbos en la prosa, se encuentran en los cuentos “Carnet de Baile y Encuentro con Enrique Linn”, quien es uno de los poetas más influyentes y prestigiados de Chile. En éste vemos la reconstrucción ideal de un Linn en constante fuga, la precipitación infernal de un genio decadente, esperando siempre la partida y para nadie el retorno. 
      


Urginea Monterroso

miércoles, 9 de marzo de 2016

Días de otro tiempo


En algunos lugares o por medio de mis colegas, me he enterado del porqué la rareza de estos días, marcados desde el 7 al 12 de marzo. Supuestamente estamos cruzando por una torsión de tiempo, conocido como nemontemi, "lo que se ha vivido", "lo que completa un periodo de vida", por los pueblos antiguos de mesoamérica. La explicación para esta extraña lluvia con sol, presencia exagerada de arcoíris en el cielo, fuertes ventarrones que arrancan árboles de raíz, responde a que nos encontramos entre los 5 días que completan la cuenta solar; la naturaleza cruza, cada año, por este tipo de sensibilidad regeneradora, antes de cerrar un ciclo calendárico. Dichos fenómenos responden a la influencia cósmica que la tierra recibe del universo. 





El tiempo ordinario, registrado en el tonalpohualli, queda suspendido para dar cabida a otro tiempo, proveniente de las cuentas nemontemi, que a su vez se rigen por medio de una cuenta a parte. Al cruzar estos 5 días la cuenta calendárica vuelve a retomar su marcha y el año solar da comienzo a la veintena llamada atlcahualo, con ésta se inaugura el "año nuevo" indígena, casi a inicios de la primavera. 





Haciendo un poco de memoria, recuerdo que el año pasado, alrededor de las once y media de la noche, el cielo adquirió un tono rosáceo, que alumbró alrededor de dos horas el cielo nocturno, tal y como si estuviese atardeciendo. Así, pues, la respuesta a estos días tan extraños podemos encontrarla en la sabiduría antigua. Bien dicen por ahí: "febrero loco y marzo otro poco".


Urginea Monterroso   

domingo, 6 de marzo de 2016

Comentario de "Los Hermanos Karamazov"




Evitando la hueva de medir esta novela por su grosor, juzgarla por su portada o peor aún, adularla a partir de algún sello editorial específico; adquiramos el tiempo para leerla, para apreciar La patología del ser en sus más profundas dimensiones; Los hermanos Karamazov de F. Dostoyevski, continúa teniendo la solidez de una obra primeramente humana y, por lo tanto, artística.
      Gracias a sus tres protagonistas, esta novela es capaz de conmovernos, reflexionar acerca de las cuestiones morales más intrínsecas del ser humano. Sus personajes secundarios, acuden fieles a un papel de inquisidores; espíritus proscritos, atormentados y amorosos, que han optado por abandonar su propia voluntad. El trío representa la sed parricida, saciada sólo a través de la mimesis del dolor; sobre un clima perverso, donde ni los inocentes pueden ocultarse de la agonía moral.
      Más allá del crimen común, se logra concebir un acto de fe, verdadero y riesgoso. Si a Dostoyevski se le tacha de anti-anarquista, en Los hermanos Karamazov, parece exclamar un desafío a las normas sociales de cada ser humano, a la última estación del espíritu antes de lanzarse al vacío. Sin interpretaciones: existe en esta novela un misticismo casi fantástico, aunque el autor esté revolcándose en sus charcos realistas. En estas hojas aparecen pasajes bíblicos cargados de estridencia metafísica, anécdotas coléricas, recogidas del fuego santo de los altares; elementos que atrapan al lector desde un primer instante.
      Existe un pasaje en la Rayuela de Cortázar que evidencia a La Maga, siendo pésima para reconciliar gentilicios con los nombres de pila rusos en cualquier novela; si algo tiene ésta es que su forma logra emitir una voz única, reconocible, intentando prevenir lo inminente: el crimen.
      Los Hermanos Karamazov es sin duda una novela, digna de se clasificada como obra de arte, esta apreciación deviene, más allá de cualquier culto literario, antes o después de nuestros días, a la perennidad de la realidad mística que nos aqueja actualmente.


Gregorio Ruiz-Eñor

sábado, 5 de marzo de 2016

Nota informativa extraída del cuento “Los cautivos de Longjumeau” de León Bloy




     El pacífico pueblo de Longjumeau, Francia, ha captado la atención las últimas semanas debido a un insólito caso de suicidio conyugal. Los Fourmi, joven pareja, recién casados, aparentemente felices, recluidos en una soledad sospechosa que duró varios meses dentro de su mansión, el pasado viernes 24 de Enero optaron por quitarse la vida. 
     Hasta ahora se desconocen los motivos reales, que orillaron a estos chicos a cometer el suicido conjunto. La policía local está sobre el caso, aunque se ha descartado cualquier tipo de pleito conyugal. Los familiares niegan que hayan sufrido de psicosis, depresión o cualquier otro tipo de trastorno. Era una pareja sana, dice el sacerdote de Longjumeau. 



Urginea Monterroso




viernes, 4 de marzo de 2016

Las corrientes del río Viosa


     




Menecio, hijo de Jápeto y Asia, caro al fuego de Cronos, era uno de los titanes sublevados al trono de Zeus durante la titanomaquia. Un día este gigante se encontraba tirado en los valles del río Viosa, cuando comenzó a escuchar el melodioso flautín de un aeda componiendo a la lejanía. Mientras se encontraba deleitado por aquella parafernalia, el titán extravió su imaginación en las pasiones más carnales, tanto fue así, que del otro lado del río divisó a Atenea, bañándose con un grupo de mujeres. Al principio también Menecio dudó que aquello fuera posible: ¿una diosa como Atenea, con la guardia baja? Pero en el fondo del titán también se había fraguado un sentimiento más odioso que el mero impulso de violarlas, de algún modo pensaba amar a cada una de ellas y cambiar su postura frente a Zeus por haber creado tanta belleza. Cruzó el río y caminó en dirección a las mujeres que reían y chapoteaban entre las aguas, pareciendo un grupo de nereidas indefensas, ignorantes al cruel destino que se avecinaba. De pronto, Menecio sintió su tobillo ser sujetado por una liana, la otra pierna también quedó inmovilizada, tarde comprendió que aquello se trataba de una trampa que lo conduciría al Hades. Cuando el cielo se desgarró, Zeus ya le había lanzado un relámpago homicida entre las piernas. Aquella tarde, las corrientes del río Viosa se bifurcaron, una de ellas se convirtió en el salvaje y tempestuoso caudal del Drino, y la otra en las clamosas aguas del Aoos, donde juegan las ninfas.  


Gregorio Ruiz-Eñor