Hay seres
que nacieron simplemente para destruir
Y quieren
contagiar su felicidad a todo el mundo.
No les
basta representar la oposición a la vida
Que
viven recluidos, porque ya nada los conmueve.
Imposibilitados
a amar niegan cualquier sentimiento,
El ruido
los congestiona de promesas y maldiciones.
Son ellos
pero están solos, diario esperan la muerte
Como si
fuera un alivio para el mal que originaron.
Recto Ovíparo Mendoza
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