viernes, 18 de noviembre de 2016

Prefacios a Dafne

III

Si recordamos una era
para la cual nunca nacimos,
si hemos visto cultivar
en medio del abandono
añoranzas como síndrome.
Si alguna desquiciada razón
te soñara entrar por esa puerta,
arrojando laureles,
dispuesta a tocar el relámpago,
a quemarse como fruto
por si cae desde las cumbres.
Tan malvada como incierta,
Tan desconocida la victoria.



sábado, 12 de noviembre de 2016

Formas de habitar el vacío al que no pertenezco


Todo el mundo está pervertido, tan evidente es como quien se ve a sí mismo asaltado por un mismo pensamiento, la reacción frente a una vagina primordial, que me recuerde a las épocas que nunca pertenecí: coger no está a nuestro alcance como deberíamos perpetuar la siempre discreta sensualidad del universo. ¡Qué dolor aqueja a la gente para devorarse a sí misma! Un orgasmo que no llega a su fin, la periferia que nos toca habitar. Vianda todos estos años sin tener sexo, y me pregunto: ¿es acaso el hombre capaz de devorarse a sí mismo, con todo y fantasías? Porque a manera de reflexión: ¿qué es el sexo sino una búsqueda de fantasías, antes del vacío que nos habita? Hay gente que no puede permanecer a solas mucho tiempo, estas personas son las más peligrosas para una sociedad, violenta como la nuestra, al filo siempre del origen y el desastre.
      Maniac super-super sex, dice una canción de Morphine, la vacuidad engendra mis sentidos, libre soy, pues la muerte es mi progenie. La época de olvido se presta a comenzar, ya oigo de nuevo la próxima salida del Iphon moda diezmil, los reportes de la última expedición robótica en Marte ya dieron resultados. Como si nadie lo temiera. No sé si sueño planetas, quizá serviría lo mismo una canción oída repetidas veces para alcanzar la híper-conciencia, peligrosos son los claros en la ruta del abandono, puesto que las nociones materiales interfieren con una sólida y plena soledad: ahora estamos más conectados que nunca, con un acceso casi instantáneo a las redes sociales, ¿no será acaso el inicio de la telepatía? El ser humano necesita de seres humanos que lo imaginen a su semejanza; adictos a la creación, reconstruimos el olvido. Droga, el nuevo alimento, el soporífero que embauca a las masas. La gente teme desarrollare a sí misma, escapan de las drogas introduciéndose más drogas, creyendo que tienen todo el derecho de hacerlo; cada uno de nosotros sacia su desdicha y prepara la alegría para continuar de pie, continuar viviendo.
     Pienso en el ser humano como una compañía permanente sobre la ancha bastedad de la nada. El universo no está anclado a su existencia. Veo al hombre subdesarrollado como aquel que no puede permanecer solo por tanto tiempo. Quizá sea el síndrome de la tristeza occidental, el fracaso de las religiones mundiales, que no nos preparan a estar solos. La gente anhela salir a la calle, emplearse, conseguir una ocupación dónde manifestar su equilibrio con el cosmos. Nadie es feliz por sus propios medios. 
     El sexo es la simbología del mundo contemporáneo. Hemos muerto y renacido, nuestras generaciones están cada vez más cerca de convertirse en una afluencia enervada de sociedades, grupos humanos protegidos de su vasta agrupación. Sólo, reproduciéndose, el ser humano es capaz de sobrevivir. No especulan que la reproducción ocasiona, de igual forma, la extinción de su propia especie. Entre más seres humanos, menos oportunidades, más muertes en manos de semejantes, el conflicto no reside en los cielos, no se trata de una guerra espacial, como muchos pseudoteoría ovni ha intentado impugnar. El equilibrio de las generaciones sólo responde a la lucha interna de individuo. El sexo es la fuente nutricia de la colectividad, en éste se lleva a cabo el conflicto primario.
     Hablar solo, el uso eventual del soliloquio sólo responde a la pérdida de personalidad, que por fin se ha disuelto en el exterior, otorgándole una referencia en vía del desdoblamiento interno. ¿Cuántas veces no nos reprendemos a nosotros mismos? ¿Cuántas veces no he sido presa del arrebato instantáneo, que deja huella en la memoria de los seres? No entiendo nada de hábitos, y por ello coincido en que están ahí para cubrir las necesidades más básicas, porque de manera semejante seremos recordados: la especie autodestructiva. Ese sentido suicida, que parece inherente a la gran mayoría de las masas. Decir que la muerte es una pausa, me parece lo más incongruente que el suicida logra concebir, esa alma cansada, enferma, que debe despertar.
     Dentro de una religión o sociedad, colectivo de personas activas en un cargo espiritual de democracias obsoletas, es fácil adueñarse del impulso natural del pensamiento, la primera luz que dio origen a la civilización, ese lenguaje por el que los testimonios más antiguos pretenden educarnos. Las religiones no tienen nada que ofrecerme, no acosta del alma. Conozco ahora el sonido único del fuego. Padezco hambre y frío, extrañando los rayos solares cada mañana, para deleitarme con ansias y humildad el alimento del futuro. ¡Un instante es más que suficiente para sentir el girar de toda la madre tierra que tenemos! 


Nastero Olvido


lunes, 7 de noviembre de 2016

Prefacios a Dafne


IV

Camino por los bosques
donde una vez reinaste,
al norte fijo de las constelaciones.
Sigue el ritual en tus vestigios,
abriéndome pulmones sin cabidas
habito a desmargen,
lo sé como Petrarca
asomado al torbellino.
Canto para una musa sin origen,
joya excitada por ser descubierta
bajo la rebeldía del peso pluma,
donde canciones son el salario
y los bárbaros
han hurtado el signo de tu leyenda:



Eloísa Lavela

martes, 25 de octubre de 2016

Labor de voluntad


En la ciudad no hay atajos, por lo que resulta fácil terminar rodeado ante lo desconocido. Una vez lejos del resguardo del hogar, cada quien realiza sus propios pactos con la calle: es de suma importancia saber dónde pisar, dónde escupir, dónde prestar atención, dónde no enterarse de nada; en la calle, a todas horas, realizamos ejercicios de sobrevivencia. Aun así, puede que choques con alguien, un semejante, al ingresar al metro o bajar del microbús. Afuera, las vivencias se relacionan de modos imprevistos. El desconocido te entrega una bolsa negra. Huye horrorizado. Piensas abandonar la bolsa antes de ser visto. Pero la curiosidad te corrompe más que el temor, y abres la bolsa para mirar su contenido. Adentro hallas un corazón, bombeando todavía. Te acercas a una patrulla estacionada en las inmediaciones, pretendes explicar a los uniformados cómo es que aquel órgano ha llegado hasta tus manos; ellos evaden cualquier explicación: por portar un corazón de ese tamaño en la calle, te han juzgado criminal. Mientras discuten a qué penal van a trasladarte, escapas, escabulléndote por los andadores, brincándote jardines y zotehuelas, hasta discernir que estás solo, huyendo de nadie. Llegas a la casa de tu chava, te exhorta a mostrarle aquello que traes en manos. Con cada mes de noviazgo ambos han fracturado los lazos de confianza. Aceptas enseñarle el corazón por evadir otra pelea. Ella piensa que eres un desquiciado, hoy más que nunca. Esta es la gota que derramó el tinaco. Ahora te acusa de asesino. Prohíbe que vayas a visitarla de nuevo. Por tu parte, también decides desaparecer de su vida. Piensas esconder el corazón en algún sitio, dispuesto a olvidarlo, como si se tratara de un bulto de joyas ensangrentadas, el corazón sigue bombeando. Pero algún día pretendes volver, desenterrar el corazón y adquirir la fuerza suficiente para entregárselo a cualquier desconocido.

Ulisses Luján Rodríguez



sábado, 8 de octubre de 2016

Cravan, el innombrable


Alphonse Lamartine asegura que: “No hay hombre más completo que aquel que ha viajado mucho, que ha cambiado veinte veces de forma de pensar y de vivir” (sic). Pero existen casos de escritores que optaron por desaparecer; eligiendo el viaje sin retorno. Sus países natales son irreconocibles ante sus ojos, saben que nunca estarán a tiempo de cambiar nada. Quizá, si logran escribir la obra que los supera, deciden esfumarse; el escritor intuye el final de su vida artística anticipadamente, por ello no sufrirá si ha escrito suficiente. 



     Arthur Rimbaud fue visto por última vez en Marsella, tras un prolongado retiro (sin indicios de escritura) en África. A Richard Hülsenbek, poeta dadaísta, quien tras un largo tiempo estuvo alejado de la escena, decidió ocultarse en New York. Vivió por décadas como un murciélago, antes de que el segundo oleaje dadá lo reintegrara al movimiento. De igual forma, contamos con la desaparición de Arthur Cravan –cuyo nombre real era Fabien Avenarius Lloyd, bohemio por encima de poeta, suicida impulsivo, peleonero falaz, arremetía contra quien se dejara–, aspirante a altos pódiums vanguardistas, no a través del arte sino de los golpes, aun siendo sobrino político de Óscar Wilde, nada de heredades iniciáticas, cero oficio, sin contar los terribles modales del estereotipo de un burgués que no escribe, pero vive para escribir. Bajo la sombra de Triztan Tzara, Hugo Ball y Richard Hülsenbeck, Arthur Cravan figuró como el innombrable –quizá debido a su risible temperamento– del movimiento dadaísta, una sombra, cuya actividad principal, irónicamente, consistía en dirigir la publicación de la revista Maintenant, a principios del siglo XX.
    Es preciso citar el documental titulado: “Cravan vs. Cravan” dirigido por Isaki Lacuesta, en el 2002. Un investigador estadounidense va tras las huellas del poeta, bajo la consigna de la curiosidad reveladora, y realza un viaje a diversas playas del Golfo de México, recorriendo los lugares donde Arthur fue visto por última vez, durante el año de 1918. Semejante a las circunstancias que rodean a los personajes de Roberto Bolaño en sus novelas, este filme pone al periodista frente a una tabla puzle, donde hubo alguna vez un escritor desconocido, un paradigma literario, que a veces prefería no escribir, sino vivir. “La experiencia como la escuela de los tontos”.


    Algunos aseguran que su carrera como boxeador fue la que lo orilló a desaparecer, sería pretencioso imaginar que se haya tratado de suicidio. La teoría más acertada apunta a un posible naufragio en las playas del Golfo de México, algunos fechan el suceso entre 1916 y 1918, nada es acertado en la vida de este hombre. Sufrió una humillante derrota frente al campeón mundial Jack Jhonson, sobre quien Arthur Cravan apostó descabelladamente una victoria millonaria. Aunque la pelea no se había concertado aún, ni tenía fecha como evento oficial, Arthur alardeaba, mofándose del campeón mundial en un par de ocasiones, y con ello, evidentemente, pretendía volverse famoso: ¿qué importancia tiene la poesía si logras obtener cinco minutos de fama en un cuadrilátero? Pretensión de cruzar los límites de la escritura y la vida cotidiana, fracaso total como escritor. Pero, como todo buen vanguardista, Arthur Cravan fue caracterizado por su personalidad arrebatada, alentadora de los pulsos artísticos, donde se volvía indefenso y adorable: una criatura terrible. Nadie halló su cuerpo; me limitaron a creer que continuó viajando, que inclusive se convirtió en un náufrago, para un dadaísta eso no representaría una tragedia.

Urginea Monterroso

lunes, 3 de octubre de 2016

Devoradores de flores

Hay seres que nacieron simplemente para destruir
Y quieren contagiar su felicidad a todo el mundo.
No les basta representar la oposición a la vida
Que viven recluidos, porque ya nada los conmueve.
Imposibilitados a amar niegan cualquier sentimiento,
El ruido los congestiona de promesas y maldiciones.
Son ellos pero están solos, diario esperan la muerte
Como si fuera un alivio para el mal que originaron.


Recto Ovíparo Mendoza

martes, 30 de agosto de 2016

Para el amor no hay escuela



Desde la sonora inmaterialidad
Viene el cuerpo a estremecerse
Con recuerdos inmóviles en la piel
Que antaño fraguaban ilusión.
El cariño, partículas prestadas
Contiene la ausencia del aprecio
Y arroja los deseos al abismo.

Las terribles ansias de volver a amar
Frente a una pared blanca sin angustia,
Arriesgar la vida en un pálpito
Pesadas épocas que marchan sobre el cuerpo
Bajo los influjos de la luz estrangulada,
Cariñitos que renuncian a menguar
Aunque la tristeza por dentro los traicione.

No hay más bestia que la domada
Entre sábanas limpias y apetito feroz,
Conforme a la propina insatisfecha
De los amores que se enfrían sobre la mesa.
Como tropel incontenible de sostenes
Cuando ligero se nos va el tren
Y la inquietud jamás envejece.

Estrangular la luz es vivir a solas,
Admitir una deliberada mutación 
Con bravura en los síntomas declive,
traidor espíritu el que mata sus deseos
Mientras la noche parece más honda.



Eloísa Lavela

    

jueves, 4 de agosto de 2016

Conjuro para una siembra de lombrices


Madre inferior de mandíbulas abiertas,
A ti está dirigido este profuso canto
Para que intercedas y contemples
A las hijas de la noche desprotegidas. 
He aquí tierra para nutrirnos,
Suficiente para dar a luz nuestra colonia.
Desecho que tienes por alimento,
Dirigido a las profundidades robustas
Donde enverdecen semillas turquesa.
También las flores respiran
Cuando bañas sus raíces de nuevo.
Niñas del oro que limpian las sombras,
Madres fecundas en la noche aciaga.
He aquí nuestro primer contacto
Venimos acarreando los aguaceros,
Regamos suficientes por el camino,
Para la piel desnuda el mejor de los néctares.
Vibren con la danza del granizo
Ondulen en gargantas del misterio.
Reviren adentro, en el Tlalocan, para enverdecer
Las faldas con que nacieron los cerros.
Una cueva es nuestra colonia, de allí el calor que las embriaga,
A través de esta tierra descendemos
Dejando tatuadas huellas de esfuerzo:
Túneles más túneles, debajo de plantíos y jardines,
Huertos de comida hasta entonces desconocida,
Árboles frutales donde renace la calma de los desdichados,
Temerarios cultivos que florecen en secreto.
De la inmundicia el primer alimento:
Sientan cómo vibra nuestra sangre, va a llover a cantaros.
Hijas de la noche eterna, cuando escuchemos sus himnos
Hasta entonces en silencio.
Hijas del destello obsidiana,
Henos aquí esperando la doble-mente comida
Esta sepultura que da a luz nuestros esfuerzos
Cavidades de madre subterránea, madre inferior
Que nos aguardas con las mandíbulas abiertas,
Aquí te presentamos a tus hijas, resguárdalas en tu seno,
Ellas son pequeñas y débiles, fortalécelas en el Tlalocan,
Límpiales los ojos por los que no ven,
Límpiales el cuerpo por el que no respiran,
Abrázalas con rezos que ni siquiera escuchan.
He aquí nuestro pedacito de tierra
A ti está dirigida nuestra ofrenda,
Esta danza fértil de las siete cuevas del conocimiento.
Madre de las sierpes, protege a estas niñas en las sombras.
Y que ni tlacuache, zanate, lagartija, ciempiés, mosca u hombre deshonesto,
Vengan a asomarse siquiera a los bordes del inframundo,
Piérdeles la conciencia si esto sucede,
Que para ellos no vuelva a llover en sus tierras,
Que se les pudran las manos si tocan la coa.
Y sus voces se extravíen dentro de esta cueva.
Cualquier intruso que pise este pedacito de tierra
Te lo ofrecemos de alimento.
Madre inferior de mandíbulas abiertas,
A ti está dirigido este profuso canto
Para que intercedas y contemples
A las hijas de la noche desprotegidas.  


Anónimo

miércoles, 13 de julio de 2016

Tlacatecolotl: simulacro de muerte


De nuevo caminamos sin sentido. Las piernas y los pies se mueven en un acto involuntario hacia ningún lugar. A veces damos hasta 9 vueltas por los mismos lugares, por las mismas calles. 9 círculos desesperados; como si esperáramos que a la siguiente vuelta todo fuera diferente. Pero nada. Todo sigue igual. 9 círculos hacia el Inframundo y seguimos caminando. Encrucijadas encontramos a nuestros pies, al azar eligen una dirección dentro de este infierno terrenal.
     Ya no somos los que dirigimos nuestros pasos. Nos son indiferentes las sendas. Todas están bañadas por una monotonía repulsiva, por una nauseabunda repetitividad. Todas parecen igual de grises, igual de deprimentes. Más aún, cuando ya sabemos que todas desembocan en el Mictlan. Ya las brujas Christine y Stevie revelaron la máxima cósmica: No road is the right road.




     No sabemos qué más hacer. Tenemos bien presente que debemos prepararnos para la muerte, guardar un poco de capital para pagar una cremación o algo por el estilo, para no dejar con esa chocante carga a quien sea que se encuentre cerca de nosotros, en el momento en que el azulado Shinigami nos guíe al Vagomundo... Si para ese instante siguieran vivos nuestros familiares y amigos importantes, lo más probable es que alguno de ellos se encargaría de nuestro funeral. Pero, seguramente en nuestra locura romperemos todo lazo con familiares y amigos, para morir al poco tiempo a solas, a un lado del camino, o en medio del desierto, el bosque, la selva o la jungla de asfalto. Es imposible predecir dónde decidirán las piernas y los pies; que será un buen lugar para ser reabsorbidos por el universo. Tal vez quieran ser comidas por las ratas en una gran y decadente ciudad del mundo, un Los Ángeles, New Orleans, Cali, Mumbai, Bangkok. O podrían desear ser devoradas por coyotes en el desierto Mexicano, o jaguares en la selva del Amazonas, o tan sólo terminar en el fondo del mar...



     Ya no sabemos hacia dónde continuar. No queremos simplemente rendirnos y esperar que llegue la muerte, varados e inmóviles en este ficticio sosiego... Pero tampoco queremos salir a conquistar el mundo, a demostrar que somos más que los demás, que sabemos y tenemos más que ellos. No nos emociona la idea de ganar grandes cantidades de dinero, ni ser especialistas en una disciplina ciencia X. Rechazamos los credos y doctrinas cuyo ideal es laborar para un patrón o convertirse en patrón; no importa qué tipo de dictador, da igual si es el déspota que dirige una gran corporación, una oficina, la línea de producción de una fábrica o el traficante del barrio... Ir por los caminos de la resistencia y la descolonización suena atractivo, pero no lo es tanto al ser perseguido por el Estado, la Iglesia o una Transnacional; ser clasificado como esquizofrénico, marginalizado, desaparecido, desahuciado.
     Frecuentemente nos preguntamos qué pensarían nuestros padres, maestros y amigos, si escucharan nuestros sentimientos... Que sentirían las grandes mujeres, brujas-guerreras de gran fortaleza y valentía: nuestra madre y las amigas y/o amantes que tanto han confiado en nosotros y, al decir de ellas, en nuestras capacidades, al vernos ahora convertidos en Ronin... Y nosotros mismos no sabemos exactamente por qué nos convertimos en uno. Suponemos que es porque no hemos podido dar una expresión cabal a todos y cada uno de la multiplicidad de seres que habitan este cuerpo depravado que llamamos Tlacatecolotl. Creemos que sin esta comunicación íntegra y dialógica es imposible canalizar las peculiaridades, particularidades y talentos de cada ser, hacia una o varias actividades específicas que le brinden paz y regocijo a cada uno de estos seres; que todos consigan el placer del sosiego, y no solo nuestra parte corporal-material.



     El problema es que todos hablamos al mismo tiempo, y entre tanto mitote nunca se llega a nada; por estar discutiendo unos con otros es que nos dirige el azar... Sinceramente creemos que todo se debe a que desde temprana edad, por motivos, situaciones, posiciones estelares desconocidas, por alguna brujería o alguna otra causa más oscura, estamos cansados de entretejernos entre la red de las vidas de los demás. Por muy pocas personas sentimos verdadera preocupación, afecto, amor, respeto. Todos los demás son como fantasmas; seres de una dimensión inmunda. Nos parecen repulsivas sus palabras sus horribles sentimientos: odio, lujuria, omnipotencia, avaricia, codicia. Con excluyentes y dominantes conceptos. Formas de habitar escandalosas, toda la trama de sus vidas (de la sociedad) nos parece aberrante, nos es insoportable...


Cocijo

***
Estas y otras xilografías de Frans Masereel aquí.


lunes, 4 de julio de 2016

Inhalantes: el deseado olor del extravío


“Pivi”, “activo”, “cemento”, “monas”, “pegazo”, “yonks”

Desde que tengo memoria, si no es que ésta también empieza a sufrir de achaques, he conocido personas, la mayoría de ellos jóvenes, que consumen activo, pintura aerosol, pegamentos u otro derivado de químicos solventes, para estimular estados de conciencia. Estas sustancias los vuelven adictos desde la primera inhalada. Hay incluso quien no supera el hábito “de estar pegado” desde pequeño, a causa de una adicción irreversible; el usuario experimenta constantes niveles de despersonalización. A la larga, las monas son causantes de enfermedades respiratorias, enfisemas, taquicardia, sinusitis. El abuso de sustancias odoríficas deja remanencias permanentes en el cerebro, resacas, intensos dolores de cabeza. Los usuarios bajo este efecto presentan comportamientos incongruentes, que van desde el simple desapego a las normas sociales, la falta de atención o fijación de metas personales, ralentización y descomposición del sistema motriz, hasta enfermedades en la psique. Padecimientos muy semejantes a los que también el alcohol, en exceso, provoca. Si es sabido (y en estos días aún más, pues existe mucha información al respecto) del irreversible daño que producen, ¿por qué los jóvenes siguen utilizándolos?




“Vas sintiendo calorcito. Te vuelves fuerte. El aire huele a rosas mientras navegas al infinito”


Creo que esta respuesta es un poco difícil de concretar, si no profundizamos en la genealogía del uso de inhalantes. Comencemos primero con la procedencia y el inicio, que datan desde la antigüedad, pasando por diversas etapas que me gustaría retomar a lo largo de la historia. Parafrasearé a continuación.[1]
     Como es sabido, las civilizaciones antiguas han compartido muchas características en común, y la alteración de estados de conciencia no es una excepción: los antiguos mesopotámicos, entre ellos sumerios y babilonios, aspiraban humos de resina e inciensos para obtener un contacto directo con la divinidad; así mismo los griegos, cuando solicitaban alguna revelación a los oráculos situados en Delfos o Dodona; aspiraban humos concentrados de incienso, y mediante  ellos una declaración divina era pronunciada. Debemos añadir a estos ejemplos el caso de los antiguos mesoamericanos. A través de vaporizaciones de plantas medicinales, dentro de un temazcalli, los penitentes entraban en estados de conciencia alterada, donde hacían contacto con las fuerzas naturales que los proveían y dañaban, dependiendo su función; sin contar los complejos rituales que también realizaban frente al humo. Actualmente los santeros y curanderos africanos emplean aromas, humos y vapores, para inducir trances en personas.
      Otro dato interesante que nos revela el uso de inhalantes a lo largo de la historia, es su semejanza con el alcohol. Los analgésicos y la anestesia, en la medicina moderna, fueron las primeras funciones del éter. Durante mucho tiempo se ha utilizado el tolueno con finalidades pictóricas y textiles, desde esmalte de uñas hasta grasa para zapatos. Al popularizarse el estado alterado que provocaban estas sustancias, fue que comenzó el abuso y comercialización desmedida. Tengo conocidos que afirman que estar chemo es disfrutar de una instantánea borrachera, cálida y efímera, pues el efecto dura a lo mucho media hora. En períodos críticos uno llega a alucinar, a sentirse como desapegado del cuerpo. Por ello no me sorprende que en la época de prohibición en Estados Unidos, por ahí de los años 20, los inhalantes hayan sido el sustituto ideal para el alcohol. Generaron sensación por un producto exequible en el mercado; la prohibición sólo aceleró su consumo. Primero fue la divulgación de los efectos del cloroformo, éter o tolueno, no como compuestos químicos en la elaboración de detergentes, perfumes, combustibles o diluyentes; sino como en la antigüedad: para inducir efectos psicoactivos.
     Ahora bien, no es lo mismo doparse con resinas, plantas e inciensos de origen natural, que con soluciones químicas, potenciadas en laboratorios especializados. La forma en que el ser humano se droga parece ir modificándose a lo largo del tiempo, igual que sus intencionalidades y modos de vida. Si tomamos enserio el papel de los inhalantes como práctica en la vida religiosa de las personas, no hay mejor ejemplo que el de los chavos actuales, cargando un San Judas Tadeo en una mano y en la otra una bolita de papel higiénico empapada de pivi, moneándose a modo de ritual eclesiástico. Singularidad, con apariencia de prohibición, gracias a una iglesia católica que lo remunera a través de la ignorancia.



  
“La última inhalada y seguimos inhalando…”   

Entonces, si nos hemos remontado a los posibles orígenes del uso de solventes con fines recreativos, notando que su uso, aparte de nocivo, resulta mediático, y éste beneficia a las autoridades del estado. ¿Sería posible definirlo como un problema social? Sin duda alguna, pero no actual, mucho menos jerárquico, sino general y degenerativo. La adicción a cualquier sustancia a lo largo regulariza y destruye al consumidor en diversas etapas. Aun después de los años 60, donde se pensaba que sólo los marginados, los pobres, individuos pertenecientes a las clases bajas, eran los únicos que recurrían al uso de inhalantes como vías de escape. Me sorprende ver cada vez más jóvenes, incluyendo docentes, ricachones, o poseedores de una estabilidad familiar óptima, sumergidos en esta práctica; la ebriedad desde donde se mire. El PVC no me asusta más que el alcohol, la marihuana o cualquier otra sustancia que se utilice para lucrar con los estímulos; me impresiona ver cómo el abuso de inhalantes ha terminado por marcar a toda una generación, sustituyéndole deseos, inutilizándola.
     Existen algunos Monosos de un potencial intelectual sumamente desarrollado, aunque sean incapaces de llevarlo a cabo. Son excelentes seres humanos, reflexivos, sensibles, ingeniosos y muchas veces incomprendidos, pues por más ideas que intentan compartir con el oyente, su dicción oral, debido al abuso del activo, ha terminado por atrofiarse. Lo que no logro precisar es: ¿Acaso el uso de inhalantes, en algunas personas, provoca efectos favorables en su conducta, y no como los estereotipos sociales los han juzgado? No tengo una respuesta clara aún para esto. Lo que sí sé es que no he conocido chemos que haya dejado la mona, como tampoco un alcohólico suelta la botella de la noche a la mañana.




     “En cierta ocasión me encontré con un amigo. Siempre se distingue por traer el aroma a PVC, impregnado como loción corporal. Me pidió prestada mi guitarra y caminamos a lo largo de una avenida principal, alrededor de veinte minutos, los cuales él aprovechó para entonar unas rolas de los Caifanes, Reik, Banda Bostik, entre otros éxitos populachos. Sorpresa: en varios establecimientos le dieron propinas de cinco a diez pesos, pues en verdad, el bato interpretaba excelentes canciones. Al término de la calle, yo le pregunté: ‘Y bueno, ¿qué vas a hacer ahora con el baro?’, a lo que él me contestó: ‘Iré por otras yonks”.    



Nastero Olvido


martes, 24 de mayo de 2016

Ética en el oficio de las armas y las letras


“…el alma me pesa de haber tomado este ejercicio de caballero andante en edad tan detestable como es esta en que ahora vivimos, porque aunque a mí ningún peligro me pone miedo, todavía me pone recelo pensar si la pólvora y el estaño me han de quitar la ocasión de hacerme famoso y conocido por el valor de mi brazo y filos de mi espada…” (DQM, cap: XXXVIII)


     Nunca he terminado de leer “Don Quijote de la Mancha”. He tardado diez años de mi vida en concluir el primer tomo. Lo leo sin constancia, pero sé que un día lo concluiré bien releído. Que leer esta obra es como escribir otro libro, insinuaría Borges en su cuento Pierre Menard, autor del Quijote. Cuando regreso a sus páginas siempre noto algo familiar. Muy pocas obras logran eso en el lector, saber que estás siguiendo la misma secuencia de historia que abandonaste. Si una obra literaria no logra hacernos recordar el entramado de sus pasajes, no marca una continuidad apreciable o cualquier tipo de referencia al argumento central, es un caso perdido.



       Para concebir la ficción en el Quijote, hay que tomar en cuenta la importancia de los demás libros que lo conforman. El personaje protagónico: don Quijote de la Mancha, aparte de representar una especie de heterónimo del autor, es también una respuesta a la literatura de caballería, en el momento culmine de una tradición. Cervantes extrae el carácter vital de los arquetipos caballerescos, honor y virtud, modernizados en un héroe utópico, que en realidad figura el caos y la locura. La cantidad de peripecias es innumerable, éstas pueden leerse sin orden aparente, ubicando muy bien los puntos exactos donde la historia hace digresiones o pausas. Todos los libros del Quijote son las vidas de los personajes secundarios que lo conforman. El núcleo de la narración tiende a inclinarse hacia el caballero andante, a veces a su escudero Sancho Panza, como dos formas dinámicas de la misma acción. El libro debió ser toda una singularidad para su época, el argumento es simple y arriesgado: un loco se lanza al mundo, toma justicia por sus propias manos, bajo viejos códigos de caballería andante. La tarea del autor es reinterpretar la “ética moderna”, satirizada en un mundo sin héroes, tiempo en el que los españoles han descubierto un nuevo continente. Entonces los caballeros andantes dejaron de vagar por Europa, enfrentando gigantes para salvar a princesas; en lugar de eso conquistaron las civilizaciones mal llamadas indias. Si los caballeros de Carlos V hubieran tenido algo de la locura del Quijote, una conquista muy diferente hubiera sido la de América Latina. El valeroso hidalgo representa la figura anticuada, irreverente a una sociedad utópica, sujeto a la contradicción de los valores que defiende. Don Quijote no sabe que está loco, sólo los locos se dan cuenta de su padecimiento.


     “…quizá la caballería y los encantos de estos nuestros tiempos deben de seguir otro camino que siguieron los antiguos. Y también podría ser que, como yo soy nuevo caballero en el mundo, y el primero que ha resucitado el ya olvidado ejercicio de la caballería aventurera, también nuevamente se hayan inventado otros géneros de encantamientos…” (DQM, cap: XLVII)

     Y si la civilización es la locura del mundo, algo semejante al Quijote experimenta un escritor en nuestros días, así la ética de tomar por oficio las armas o las letras, pues se necesita de un complejo desarrollo de valores, personales ante todo, a la hora de concebir obras no sólo de interés o entretenimiento. A esto refieren los capítulos XLVII y XLVIII, donde el canónigo y el cura infieren acerca de la literatura de caballería, poniendo en duda la verosimilitud de aquellas historias ante la vida real. Esta discusión entre el sentido fantástico y la simulación realista de cualquier obra, ha derivado en múltiples análisis a lo largo de la teoría literaria; Cervantes de Saavedra, a partir del capítulo Discurso acerca de las armas y las letras, hace un verdadero ensayo de su propio libro, basado en una crítica a la literatura del siglo XVII. El escritor lega una imagen del mundo que desconoce a las personas del futuro, la sociedad puede seguir desmoronándose mientras tanto. 


Gregorio Ruiz Eñor

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 Estos y otros gravados de Gustave Doré en: http://es.123rf.com/

jueves, 5 de mayo de 2016

Paradigmas juveniles en el cine de autor


Porque no se trata de hacer una reseña como tal, sino de analizar algunas diferencias y similitudes que, después de ver estas dos películas, surgieron a modo de directrices temáticas. En ambos argumentos es explícito el tema de la juventud. ¿Cómo se percibe actualmente el papel de los jóvenes, en el cine independiente? A través de dos visiones distintas, apegadas al artificio de su arte, estos autores realizan una estupenda introspección de los valores que conforman a la juventud actual. 




Por un lado, con “Guten Tag Ramón” (2013), tenemos una interpretación de la realidad, abordado desde la perspectiva de los jóvenes migrantes. Un país como Alemania, que pese a los conflictos armados más devastadores del siglo XX y el racismo latente en sus barrios bajos, logra convertirse en una nación empática, semejante a la mexicana en muchos aspectos, pero ante todo, a la manera de asumir sus respectivas tragedias. La intención de Jorge Ramírez Suarez era precisamente ésa: desmitificar al monstruo gótico en una época no romantizada, tarea a veces difícil, debido, no sólo a la barrera del lenguaje, sino al prejuicio social. Recuerdo un diálogo entre Ramón (el protagonista), casi al final del filme, con su madre, después de haber regresado de Alemania. Ella le pregunta cómo es la nación teutona, y él contesta: un país lleno de castillos antiguos y mucha nieve. Esas agallas que tiene el joven mexicano de huir no sólo del hambre y la escasez, sino del narcotráfico, lo impulsa a adaptarse en un país lejano, desconocido, con tal de enviar dinero a casa. La juventud actual se sobrepone al papel que la sociedad le suele imponer. Vemos un joven capaz de tomar decisiones, aventurarse y vivir lo mejor posible, haciendo del país teutón, un segundo hogar.




Por otro lado está “Wholetrain” (2006) de Florian Gaag, donde la juventud adquiere otro carácter. Así ambas películas son diferentes y, al mismo tiempo, empatan en el manejo del tema. En esta ocasión se trata de un grupo de grafiteros, que contrarios al honrado y a veces ingenuo personaje de Ramón, intentando desenvolverse en las calles de Alemania, éstos se adueñan de las mismas. El arte urbano es vital para hacerlo. Entre los grafiteros es común competir, como grandes artistas deben marcar su territorio con tagers y realizar murales en los vagones del tren, estando inactivos en los talleres. Aquí vemos la enorme diferencia en la conducta de la juventud. Los personajes de “Wholetrain”, parecen decir: “el arte va en serio, nada nos detendrá”. Son la expresión de la adrenalina, la trasgresión del espacio público en búsqueda de un espacio propio, para realizarse como artistas y ser cada día mejores, incluso poniendo en riesgo sus vidas.


Nastero Olvido




miércoles, 4 de mayo de 2016

Si nos atraviesa




La tensión que generamos al no abrir los ojos,
aun acercándose lo inevitable,
es proporcional a la fuerza que impactará nuestros labios.


Ulisses Luján

sábado, 30 de abril de 2016

Prefacio a Gésar de Ling


Tu dignidad, ¡oh, guerrero!,
es como el rayo en las nubes de lluvia.
Tu sonrisa, ¡oh, guerrero!,
es como la luna llena.
Tu poder invencible
es como un tigre abalanzándose.
Rodeado de tropas,
eres como un yak salvaje.
Convertirse en tu enemigo
es como meterse en las fauces del cocodrilo:
¡Oh, guerrero, heredero ancestral
protégeme!




Chógyam Trungpa Rínpoche

martes, 26 de abril de 2016

Noche que envía un alacrán mientras duermo


En aquellos huesos rotos que fui
Obsérvese la continuidad del siglo,
La ceniza del acontecer,
Inamovible, como ráfagas dormidas.
Más allá de donde estoy,
Aquí de pie, frente a mi fantasma,
Juego ahorcado a que el delirio
Posee las plumas
Esenciales para brotar de los escombros.
A esta altura con olor a suavidad,
Con los panes tiernos del ayer
Sin rendirse un miligramo siquiera.
Tullidos de uniformidad
De perversión
Sin sangrado,
Haciendo homúnculo de placeres
Para que cada quien naufrague a sus anchas.
Hacia los pasos que no existieron,
Hacia los atardeceres sin partículas.
A cada rincón de esta casa de negrura,
Esta esfera cambiante que sobreestima
La medida exacta de su propia extinción,
Como el fuego
Si lograse perdurar en la memoria.


Geranio Palomar Careno 

domingo, 10 de abril de 2016

El otro héroe






Al llegar a la última cámara del laberinto de Cefalú, el héroe se encontró frente a frente con un espejo. Este artefacto mágico le dijo:
     –Has hecho bien en llagar hasta aquí. Ahora cruza el verdadero laberinto.


Gregorio Ruiz-Eñor




jueves, 17 de marzo de 2016

Reseña de "Putas Asesinas"


Roberto Bolaño se ha consagrado como uno de los escritores más exitosos de los últimos años. Gran narrador de crónicas, cuentos, artículos periodísticos y novelas memorables, ha bifurcado a través de nuevos adeptos estilísticos la siempre joven literatura latinoamericana. Putas Asesinas es un breve cuentario escrito por ahí del año 2001. Obra novedosa, si se toman en cuenta las valiosas figuras poéticas que en él convergen. Por encima de lo que algunos infrarrealistas digan de Bolaño, este autor denota un estilo narrativo muy particular, lleno de recursos poéticos sin ser poeta. Porque a veces la poesía y el cuento buscan provocar un mismo efecto en el lector: arrebatándolo por un breve momento de la realidad, es que Putas asesinas parece lindar entre ambos géneros. Antes que todo, el libro pondera una filosofía del peligro que a su vez nos congenia con ese mundo lacrimógeno, pandillero, repleto de mujeres fantasmas, putas delincuentes.




      (A continuación haré cinco breves reseñas de algunos cuentos recopilados en esta antología)
      El relato que inaugurara este cuentario lleva por nombre “El Ojo Silva”. Un fotógrafo aventurero relata varios pasajes de su vida, entre los que sobresale un viaje que hizo a La India. Sin embrago, este cuento también llega a ambientarse en un café berlinés y las calles de la Ciudad de México, muy a la usanza de los Detectives Salvajes. El viaje se vuelve un tema recurrente, a lo largo de la narración, ésta a su vez esconde una escalofriante realidad, proveniente de la lejana India, donde se castra a los niños para convertirlos en dioses. Los de delirios de un pedófilo, para con el deseo más cercano y prohibido, amor, terrible caridad, de un hombre hacia un niño dios.
    Los cuentos de esta antología a veces resultan atroces, con dejos fantasmales, que aparecen historia tras historia como recurrencias de una existencia real y visceral. Así sucede en los “Últimos atardeceres de la tierra”, cuento cuya anécdota gira en torno a un duelo que sostiene un padre con su hijo: dos chilenos, dos contrincantes, de vacaciones en Acapulco (1975). Roberto Bolaño denota aquí su maestría en la crónica, reformulando un cuento a través de anotaciones de viaje, casi poesía en prosa. Este cuento ambientado en un picadero de mala muerte, desfasa la realidad mimética que hay entre padre e hijo, para ambos encontrarse siendo víctimas del mismo destino.
      “Putas asesinas”, el cuento que da nombre a esta antología, trata de una prostituta loca, que sufre cierto trastorno mental muy parecido al de la esquizofrenia, esto la orilla a cometer un acto barbárico contra un joven que ve bailando en televisión. Este tipo de paranoia se llama: erotomanía y Bolaño la utiliza aquí como detonante de su historia. La mujer termina secuestrando al bailarín, para después hacerle el amor, sodomizarlo, y finalmente matarlo; no sin antes pasar por una larga apología de su crimen, frente a los ojos de la víctima.
      En el cuento “Fotos”, Bolaño retoma al personaje Arturo Belano, uno de los protagonistas de la novela Los detectives salvajes, el cual, como se sabe, es poeta. Dado que los personajes de Bolaño siempre están al filo de la aventura romántica, nos encontramos con un Belano perdido en un pueblo desierto, muy al estilo de Rimbaud en sus últimos días de vida: en África el poeta arde. Belano acepta su extinción en aquel pueblo abandonado, en medio de la nada, como una retribución de lo vivido.
        Otros claros ejemplos del compromiso que Bolaño siempre tuvo frente a la poesía, sin dejar de lado sus geniales atisbos en la prosa, se encuentran en los cuentos “Carnet de Baile y Encuentro con Enrique Linn”, quien es uno de los poetas más influyentes y prestigiados de Chile. En éste vemos la reconstrucción ideal de un Linn en constante fuga, la precipitación infernal de un genio decadente, esperando siempre la partida y para nadie el retorno. 
      


Urginea Monterroso